Learn Spanish with injured bullfighter

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Recuerdo que era abril del 94 porque eran las fiestas del pueblo de al lado, San Martín de la Vega, que las celebran el día 25 de abril, San Marcos.

San Martín de la Vega y Ciempozuelos son pueblos con rivalidad pero hermanados, nos caemos bien aun nuestras diferencias y bien seas de uno ode otro pueblo nunca te sentirás incómodo si recorres los 7 kilómetros que distan entre los dos pueblos.

Quedaba poco para acabar el curso y era época de exámenes finales, ése día tocaba un examen de geografía e historia con Félix pero antes del examen, unos cuantos, decidimos faltar a unas clases para ir a correr los encierros de San Martín de la Vega, unos encierros que por otra parte se alargaban ya que sacaban toro por toro y no todos a la vez.

En mi clase había varias personas con coche; Jesús El Búho tenía un Simca , Tomasz Wisocki un Reanult 9 y Floro tenía un pedazo de Peugeot 405, un cochazo para la época y para ser una chaval de 18 años. Yo me monté con Tomasz, los demás se repartirían en los otros coches, éramos 7.

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Sabíamos que era un riesgo el estar haciendo pellas ya no sólo fuera del instituto, sino fuera del pueblo y con el peligro extra de estar corriendo unos encierros así que acordamos estar en la plaza, ver los dos primeros toros y volver a clase a tiempo para el examen.

No soy muy taurino pero he de reconocer que en mi pueblo y en los pueblos de al lado siempre ha habido mucha afición a los toros y que en las fiestas patronales siempre ha habido encierros, toros, capeas creando así mucha expectación y ambiente, y así era como estaba la plaza portátil de San Martín de la Vega, muy ambientada y nosotros detrás de la barrera, todos menos uno, el más torero de la clase, el más valiente de tercero, Floro el torero, por ponerle un nombre taurino sería ¨el niño del recorte ¨

Antes de su cogida Floro nos animaba a pisar la arena, se veía a leguas que estaba emocionado, adrenalínico, interesado, expectante, involucrado y que quería participar. Se imaginaba los olés y ovación del respetable desviando la trayectoria del toro con sus movimientos sutiles de cadera, sabía que era su día, sus quince minutos de fama estaban cada vez más cerca y no podía dejarlos escapar, así que con un par de cojones, con unos vaqueros anchos, zapatos naúticos y una camiseta blanca se adentró hasta los medios para llamar la atención de Mecherita, que es el nombre que me acabo de inventar para la vaquilla que los mozos estaban mareando.

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A un toro se le llama la atención inclinando el pecho hacia delante mientras con los brazos y las manos en frente de la cara se hace una U, se pone cara de chulo mientras das pasos hacia delante.

Mecherita vio en Floro lo que los leones a las cebras cojas, era un blanco perfecto y se arrancó en busca de El niño del recorte.

Floro lo tenía claro, haría un amago estático por la derecha para salir por la izquierda, haciendo que Mecherita pase por el lado amagado. Lo veía, lo creía, lo imaginaba pero....le salió mal

No te voy a contar la paliza que le metió Mecherita pero fue pinga y merecida. Los mozos del pueblo salieron en su ayuda y distrajeron al animalito mientras Floro, cojeando, con la cara llena de polvo, la camiseta rota, el pantalón caído y descalzo se acercaba a donde estábamos nosotros preopupados pero con ganas de alguien dijese algo para romper a reir. Claro, nos reímos.

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Llegó el momento de irnos y asistir al examen, cada uno se montó en el mismo coche donde había ido. yo con Tomasz y recuerdo que no parábamos de reirnos. Llegamos al examen de historia, lo hicimos y ¿sabes quien fue el único que lo aprobó?

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