Learn Spanish with a drunken Englishman
Antes de nada, me gustaría comentarte que no tengo nada en contra de los ingleses. Faltaría más. Tengo tantos amigos ingleses como españoles y tan bien recibido soy en tierras británicas como en tierras ibéricas.
No quiero pasar la oportunidad de contar una anécdota que pasó allá por el año 2004 cuando yo trabajaba de Jefe de fiestas nocturnas para la cerveza Budweiser. Un trabajo en el que me recorrí España, con dos modelos super guapas yendo todos los días de fiesta. ¿No está mal, no?. encima me pagaban bien y tenia buenas primas. Una gran experiencia
Nuestro trabajo consistía en hacer que los clientes del bar bebiesen Budweiser y para eso las dos modelos super sexis que venía conmigo usaban sus armas femeninas además de darles un sinfín de regalos. Era simple.
Al dueño del bar se le pagaba la hora que estábamos con 500 cervezas gratis que si las vendía a 3 euros le generaba 1500 euros, además le dábamos un buen montonazo de regalos.
A los seguratas, les entregábamos otro buen puñado de regalos aunque no hubiera obligación alguna pero siempre es preferible hacerte amigo de un gorila, además los regalos no nos costaban nada y cuanto más diésemos menos teníamos que recoger después. Simple.
Un día estábamos en Benidorm que es una ciudad en el este de España, es el Miami en chiquitito, es la fiesta de la península y en verano hay miles de jóvenes ingleses y centroeuropeos de fiesta por las calles de tan fabuloso lugar. Cuesta menos emborracharse en España que tomarse dos pintas en su país y eso en Europa lo saben y, unido al buen tiempo mediterráneo ahí están haciendo turismo de bares y perritos calientes. Otro tipo de turismo, ¿por qué no? Cada uno hace lo que quiere.
Volvemos a la fiesta.
En el último bar conocimos a Dimitri, un chico trajeado de unos de 35 años, alto, musculado, pelo rapado y cara seria. Dimitri era el seguridad del bar donde trabajamos y cuando le dimos todos aquellos reglaos que le dimos se sintió tan agradecido que nos quiso invitar a cenar después de trabajar. A las 3 de la mañana. No lo rechazamos y a las 3 nos fuímos a un burguer a cenar Dimitri, las dos modelos y yo.
Dimitri pidió muchas hamburguesas, muchas patatas fritas, muchos nuggets y mucho de todo, cocacolas, tartas....había abundancia. Todo lo pagó él.
Dimitri nos contó que había trabajado para el ejército ruso 12 años y que hacía dos que estaba en España trabajando como seguridad en el bar donde le conocimos y como escolta profesional, nos comentó que en el ejército le habían preparado para matar pero que quería un cambio de aires y que España le gustaba mucho.
Nos estábamos riendo durante la cena con chistes, anécdotas y porque Dimitri no era tan serio como aparentaba a simple vista, lo estábamos pasando genial hasta que un tipo alto, descamisado, rubio, despeinado, borracho y gritando GOD SAVE THE QUEEN pasó al burguer. Estaba muy borracho.
A partir de este párrafo a este señor rubio y descamisado lo voy a llamar Mr Equivocado.
Mr Equivocado pasó por el burguer como un elefante en una chatarrería, haciendo mucho ruído, provocando y buscando pelea. Ahí, sólo, con un estado físico lamentable queríendose comer el mundo a base de puñetazos sin sentido .
Mr Equivocado pasó por varias mesas antes de llegar a la nuestra, por la primera mesa por la que pasó tiró los refrescos de los comensales, por la segunda, cogió un puñado de patatas como las águilas cogen a sus presas, con fuerza, no sé que hizo Mr Equivocado a la tercera mesa pero algo hizo seguro y la cuarta era....nuestra mesa. La mesa de Dimitri, dos modelos y el que escribe esta historia. Yo
¿Sabes lo que hizo Mr Equivocado?
Cogió una de las hamburguesas y pegó un bocado, cogió uno d elos refrescos y pegó un trago, miró a una de las chicas y no se le ocurrió otra cosa que tocarle uno de sus pechos...
Mr equivocado ese equivocó por varias razones y mucho esa noche.
Se equivocó al beber tanto
Se equivocó al seguir bebiendo
Se equivocó al no irse a casa cuando ya se sentía embriagado
Se equivocó al pasar al burguer
Se equivocó en las mesas, una, dos y tres
y se equivocó en nuestra mesa.
¿Sabes lo que hizo Dimitri?
Te lo cuento en el siguiente email.
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